Museo del Templo Mayor.

Por: Rogelio Alberto Acosta Díaz

Nos dimos a la tarea de visitar este majestoso lugar para darnos un baño de cultura (que vaya que nos hace falta a más de uno) y conocer, aunque sea un poco, “el lugar donde todo comenzó” y hemos llegado a la conclusión de que no te puedes considerar, Defeño, Chilango e incluso Mexicano si no has visitado este lugar.

La leyenda dicta que los Mexicas, después de tanto vagar, al fin dieron con el lugar indicado por el Dios Huitzilopxtli, asentándose en un islote para empezara construir lo que sería la ciudad de Tenochtitlan, todo esto ocurrió en el año de 1325.


El templo fue edificado en honor a Tlaloc y Huitzilopochtli (Dioses del agua y de la guerra respectivamente), pero no fue construido así porque si, si de algo se caracterizaban los Mexicas es que todo lo hacían con un propósito, con una razón, no todo era al “aventón” (¿Estela de luz, donde?), El templo fue construido en un lugar donde confluyen los cuatro puntos cardinales y los llamados tres niveles del cosmos: el cielo, la tierra y el inframundo; y fue utilizado para realizar sus principales fiestas religiosas.

A lo largo del recorrido se hace una breve descripción de las distintas etapas de su construcción, en donde destaca la piedra de los sacrificios dedicados al Sol , La casa de las Águilas y un altar dedicado a las ranas. Además de la zona arqueológica también se tiene acceso al museo del Templo

Mayor en cuyo interior se pueden encontrar distintas esculturas dedicadas a los dioses Tlaltecuhtli (tierra), Coyolxauhqui (luna), Tlaloc (agua), así como a guerreros águilas y máscaras Olmecas.

La entrada tiene un costo de $57.00, pero ahora que si eres de los que le sangra el codo y ver las piezas y el lugar de origen de todos los mexicanos debería de ser algo gratuito y, ¿por qué no?, ¡Obligatorio! Entonces puedes presentar tu credencial de estudiante, INAPAM o ser menor de 13 años, ahora que si lo prefieres puedes esperar al domingo, día en la cual el acceso es gratuito para todas las personas nacidas en México. (Una disculpa mis queridos extranjeros, pero así son las reglas). Así que no hay excusa, tienen todo en sus manos para poder visitar la mayor y más importante zona arqueológica de nuestro país, ¿dónde más? En el Centro Histórico de la Ciudad de México. Aprovechen la temporada de días nublados, la vista es más que excelente.